El texto que sigue muestra cómo los vasos comunicantes que generaron biólogos y matemáticos que trabajan en la frontera del conocimiento, permitieron poner en evidencia (una vez más) la existencia de ancestros comunes.
Durante 2005, en una charla que manteníamos en un café de la Facultad de Exactas (UBA) con Alicia Dickenstein (matemática y una de mis mejores amigas, una persona que claramente tuvo una iniciativa muy positiva en mi vida), ella me comentó acerca e un trabajo muy interesante que involucró a biólogos y matemáticos. Más precisamente, me contó el resumen del trabajo "The Mathematics of Phylogenomics", escrito por Lior Pachter y Bernd Sturmfels, del Departamento de Matemáticas de UC Berkeley.
Desde el momento en que, en el 2003, se completó el Proyecto Genoma Humano (HGP, de acuerdo con la sigla en inglés, Human Genome Proyect), comenzó también la carrera por conocer e identificar a nuestros antepasados, y saber con quiénes compartimos ese "privilegio". El Proyecto, que duró más de trece años, permitió identificar a los (aproximadamente) entre 20.000 y 25.000 genes del genoma humano, y determinar las secuencias de los 3.000 millones de pares de bases químicas que lo componen. Es decir, es como si uno tuviera un alfabeto que consista en nada mas que 4 letras: A, T, C y G (las iniciales de Adenina, Timina, Citocina y Guanina). El ADN de una persona es algo así como una cédula de identidad. Ahí está escrita toda la información necesaria para el funcionamiento de sus células y sus órganos. En esencia, en una molécula de ADN está inscripto todo o que podemos ser, nuestras particulares aptitudes y capacidades,y algunas de las enfermedades que podemos padecer. No obstante, es la combinación de esa información con el aporte del medio ambiente lo que hace que cada uno de nosotros sea único.
Esa doble hélice es una especie de serpentina que tiene escritas dos tiras enfrentadas de largas cadenas de esas cuatro letras. Pero, además, posee una particularidad: si en una de las tiras, en un lugar hay una letra A, entonces en el lugar correspondiente de la otra tiene que haber una letra T, y si hay una C, entonces en la otra tiene que haber una G. Es decir que vienen apareadas. (De hecho, una forma de recordar esta particularidad, entre los amantes del tango, es usar las iniciales de Anibal Troilo y Carlos Gardel.)
Ahora bien, ¿a qué viene todo estoque parece más asociado a un artículo sobre biología molecular que a algo que tenga que ver con la matemática? En el artículo que mencionamos de Lior Pachter y Bernd Sturmfels, y también en el libro Algebraic Stadistics for Computational Biology (Cambridge University Press, 2005), los autores estudiaron una situación muy particular. Miren esta porción de ADN:
TTTAATTGAAAGAAGTTAATTGAATGAAAATGATCAACTAAG
Son 42 letras, en el orden en el que están escritas. Para decirlo de otra manera, sería como una palabrade 42 letras. Esta "tira" del genoma fue encontrada (después de un arduo trabajo matemático y comutacional de "alineación" de las distintas secuencias) en algún lugar del ADN de los siguientes vertebrados: hombre, chimpancé, ratón, rata, perro, pollo, rana, peces...
Si uno tirara un dado, que en lugar de tener las seis caras convencionales, tuviera sólo cuatro lados, rotulados A, T, C y G la probabilidad estimada de que esta secuencia de 42 letras apareciera en ese orden es de 1 dividido por 10 elevado a la 50 potencia. Es decir, la probabilidad de que esto haya ocurrido por azar es aproximadamente igual a 10 elevado a la -50 que es igual a 0,000000...0001. Para decirlo de otro modo el número empezaría con un cero y luego de la coma habría 49 ceros, y sólo entonces un número uno. Justamente, la rpobabilidad de que esto ocurra es tan baja que permite a los autores del artículo conjeturar que todos ellos tuvieron un antepasado o un ancestro común (probablemente hace unos quinientos millones de años), que ya poseía esa secuencia de 42 bases, que fue heredada intacta por todos los descendientes de las distintas ramas de vertebrados. Por lo tanto, si bien uno no puede hablar de certeza, la probabilidad de que el hombre tenga el mismo origen que un pollo, o un perro, o un ratón (ni hablar de un chimpancé), es altísima.
Adrián Paenza
jueves, 31 de julio de 2008
domingo, 27 de julio de 2008
¿4 millones de años de evolución para llegar a esto?
El Australopithecus es el homínido más antiguo que se conoce. Australopithecus quiere decir "simio sudafricano" y se estima su antigüedad hasta en 4 millones de años.
La alimentación del hombre prehistórico dependía básicamente de la recolección de plantas, tubérculos y otros vegetales, así como de la ingestión de insectos, huevecillos de insectos y animales pequeños.
Una o más subespecies del Homo erectus evolucionaron hasta llegar al Homo sapiens, un nuevo tipo físico. Los restos más antiguos del Homo sapiens tienen una edad entre 250 mil y 50 mil años. En sentido estricto se le denomina homo sapiens neanderthalis: el hombre de Neanderthal.
Los neandertales estaban más capacitados y eran mentalmente más avanzados que ningún otro ser que hubiera habitado en la Tierra anteriormente.
El hombre de Neanderthal desapareció bruscamente, su lugar fue ocupado por los hombres modernos, hace unos 35 mil años.
Después del Neanderthal vino el Homo sapiens sapiens, que es la especie a la cual pertenecemos los seres humanos modernos. La supervivencia de la humanidad durante el Paleolítico se logró en gran medida a la vida comunitaria, el ingenio, los descubrimientos técnicos y la capacidad social que desarrolló para comunicar y guardar la memoria de su cultura.
Lo que dio al hombre moderno su control sobre la Tierra no fue su físico, sino su capacidad de aprovechar y transmitir a sus descendientes la información cultural por medio de su inteligencia.
Luego de muchos miles de años de evolución, podríamos decir que el ser humano ha avanzado mucho tecnológicamente, aunque no ha podido hacerlo al mismo ritmo, ni emocional ni espiritualmente.
No hemos podido hacer que primen en nuestra conducta los actos de bondad, de solidaridad y de amor y mucho menos erradicar males de nuestra sociedad como las guerras, la depredación de los recursos naturales, los odios étnicos o religiosos.
Llegamos posiblemente al momento menos racional de nuestra historia, al mas violento, mas injusto y con mayor diferencia entre ricos y pobres; tenemos la mayor capacidad destructiva y estamos cada vez mas sometidos a la caprichosa voluntad de grupos cada vez mas pequeños.
Sin embargo y en contraposición, tenemos también la mayor cantidad de conocimientos acumulados sobre la naturaleza, sobre biología, medicina, astronomía y todas las ramas de la ciencia. Tenemos los conocimientos necesarios para modificar desde el ADN hasta el clima del planeta entero.
Nuestra especie está en un momento de su historia en el que debe decidir si seguirá el camino de la civilización o la barbarie, el de la violencia o el amor, el de la depredación o la sustentabilidad.
Es la primera vez que debemos decidir universalmente, como especie, a nivel global. Pero es una decisión que definitivamente no podemos dejar en manos de los pocos que vienen rigiendo los caminos que ha tomado la humanidad en los últimos decenios, porque si la decisión es incorrecta, también es muy posible que sea la última.
Decidir correctamente significa Acción. Significa luchar por los derechos humanos en su acepción mas amplia. Los del pasado, los del presente y los de las generaciones futuras. Contra la deforestación y por la redistribución de la riqueza. Contra las guerras y porque haya acceso al agua potable para todos. Contra los transgénicos y los agrotóxicos y por la paz en el mundo y por la libertad de los cinco. Contra la explotación del hombre por el hombre y por el acceso a la salud, educación, vivienda y trabajo. Contra el hambre en el mundo y por el fin de la sociedad de consumo. No importa en cual frente de lucha nos encontremos, si su fin último es lograr un ambiente sano y una vida digna para todos y todas, es que estamos en el mismo camino, uno que nos garantiza la supervivencia de la humanidad.
Ricardo Natalichio
domingo, 20 de julio de 2008
El Aplastamiento de las gotas
...cementerio de gotas... El Galpón - Salta
Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, y va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está rendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan en seguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.
Julio Cortázar
Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, y va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está rendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan en seguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.
Julio Cortázar
jueves, 17 de julio de 2008
Y si miras atras...
Una galleta de barro es lo único que pueden llevarse a la boca cientos de personas que sobreviven en países como Haití. En este país, familias enteras tan sólo pueden permitirse comprar en el mercado estas “galletas” que cuestan tres céntimos de euro. Una taza de arroz, son 20 céntimos.
Más de mil millones de personas sobreviven con menos de un dólar al día, algunos de ellos con menos de 15 céntimos, como ocurre en Puerto Príncipe y tantos otros lugares del mundo. Sin embargo, en los países del Norte nos preocupamos por el último modelo de celular o la nueva colección de Prada.
Las desigualdades no han dejado de crecer en un mundo, donde por primera vez en la historia, existen los recursos, el conocimiento y las tecnologías para erradicar el hambre. Hoy, el 40% más pobre de la población del planeta recibe sólo el 5% del total del ingreso mundial. Pero, además, la brecha de desigualdad interior está debilitando el vínculo entre el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. El PNUD señala que el 10% más pobre de los brasileños es más pobre que sus contrapartes de Vietnam, un país con un nivel de ingreso menor. Estas desigualdades internas, también, se están dejando notar en los países ricos. En EEUU, el país más rico del mundo, estaban creciendo los niveles de pobreza y son 37 millones los estadounidenses que viven bajo el umbral de la pobreza, según el censo de 2004.
La pobreza no es un estado para llegar al bienestar. La pobreza existe porque hay otros que derrochan los recursos, que son de todos. Basta la cuestión del agua, como ejemplo. Hoy se pueden destinar más de 43.000 kilómetros cúbicos al consumo de agua, sin embargo, tan sólo se consumen 6.000 kilómetros cúbicos. Y el 60% de esa agua potable lo consumen nueve, privilegiados, países.
El cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio se convierten, hoy más que nunca, en un must. Más de 25.000 personas mueren cada día por causas relacionadas con la desnutrición, 1.200 millones de personas no tienen acceso al agua potable, 800 millones de niños y niñas no acuden a la escuela, 10 millones de niños murieron en 2006 por enfermedades para las que existen tratamientos… Cifras que no pueden dejarnos indiferentes, porque se trata de personas.
Nadie elige dónde quiere nacer. Sin embargo, esa “lotería” es lo que marca cómo va a ser su vida. Si el niño que nace lo hace en el club de los privilegiados, es posible que estudie en la Universidad, acuda de manera regular al médico y no se preocupará por lo que tiene de cena, es más, podrá elegir e, incluso, preocuparse por “tener buena línea”. Sin embargo, si por casualidad al niño le toca nacer en el mundo empobrecido, ese niño tendrá “suerte” si consigue sobrevivir y llegar a ser adulto.
Un comercio internacional más justo, una auténtica ayuda al desarrollo, mejora en la calidad de la educación y la sanidad, el fin de los paraísos fiscales y el control de la explosión demográfica, son elementos fundamentales para hacer de este un mundo más justo. La sociedad civil organizada no puede esconderse más. Ha llegado el tiempo de la acción y la exigencia para que organismos internacionales y gobiernos pongan en marcha las medidas para acabar con el hambre en el mundo.
La alimentación debería ser considerada un derecho fundamental de la persona. Nadie debería alimentarse de galletas de barro, que se elaboran con la tierra acumulada en los suburbios de las ciudades, en los basureros… donde los parásitos y los tóxicos las convierten en auténtico veneno. Pero, cuando el mercado cierra, todavía los más parias de este mundo acuden para tomar los pedazos de “galletas” que se han roto.
Como finaliza la fábula, “y si miras atrás, siempre hay alguien que recogerá tus migas”.
Ana Muñoz
martes, 15 de julio de 2008
Carta de despedida del Che a sus hijos
A mis hijos
Queridos Hildita, Aleidita, Camilo, Celia y Ernesto:
Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre Uds.
Casi no se acordarán de mi y los más chiquitos no recordarán nada.
Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones.
Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.
Hasta siempre hijitos, espero verlos todavía. Un beso grandote y un gran abrazo de
Papá
martes, 8 de julio de 2008
En los brazos del sol - La Renga
La Pampa - Argentina
Padre de la Luz, de la luz primera,
y por eso rey de toda luz.
Alma visible del dios que ciega
Y abraza las llamas de su propia cruz.
En esta nuestra justa distancia
Si me acerco me querrás quemar
En esta nuestra justa distancia,
si me alejo me dejarás helar.
Ojo de fuego de toda esta mente
Acá me seco con tu rayo hoy,
Cuando llegue el fin aún será de día
Pobre quien no sude tu calor.
En esta nuestra justa distancia
Si me acerco me querrás quemar
En esta nuestra justa distancia,
si me alejo me dejarás helar.
Padre de la Luz, de la luz primera,
y por eso rey de toda luz.
Alma visible del dios que ciega
Y abraza las llamas de su propia cruz.
En esta nuestra justa distancia
Si me acerco me querrás quemar
En esta nuestra justa distancia,
si me alejo me dejarás helar.
Ojo de fuego de toda esta mente
Acá me seco con tu rayo hoy,
Cuando llegue el fin aún será de día
Pobre quien no sude tu calor.
En esta nuestra justa distancia
Si me acerco me querrás quemar
En esta nuestra justa distancia,
si me alejo me dejarás helar.
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